¿Estudiantes apáticos?

“Me aburro” frase común entre los estudiantes. Poco interés en las clases, cansancio, extrema necesidad de estar conectados (auriculares, celular, computadora), llegadas tarde, trasnochados.
Les cuesta permanecer en sus asientos y concentrar la atención por más de algunos minutos.

Es una descripción que encuadra las aulas de las escuelas en general.

Según los especialistas en educación “Hoy hay nuevo desarrollo tecnológico, otros lenguajes y además los chicos tienen otra forma de incorporar conocimientos que tiene que ver con simultaneidad, con el flash, con la capacidad de captar distintas informaciones al mismo tiempo.
“La escuela es una institución que no avanza con la sociedad” y si bien se hace necesario replantear estrategias y prácticas docentes, no podemos atribuir la apatía sólo a la institución escolar.
Los chicos suelen presentar hoy problemas más complejos fuera del ámbito escolar que por supuesto se refleja en él mismo.
La falta de contención familiar ha aumentado, muchos padres están fuera del hogar durante todo el día y los chicos están solos. Otros están en casa pero desconocen que hacen o que necesitan los chicos.
Es común escuchar que se quedaron hasta tarde chateando o jugando a la play. Apenas se peinan al levantarse y así adormilados enfrentan la jornada escolar.

Todos los responsables de esta cadena educativa (Docentes, padres, autoridades en general) tienen su cuota de responsabilidad. La escuela está desvalorizada. Importan las estadísticas, cuantos menos alumnos repitan o mas días de clase se dicten pareciera que aumentara la calidad educativa y no es así. Con eso sólo no alcanza.
Los chicos en general tienen muchas inquietudes pero hay que estimularlos permanentemente no sólo desde la escuela sino también desde el hogar.

Es responsabilidad de las familias estar atentos al desempeño escolar, conocer que hacen en la escuela, como lo hacen. Promover la exigencia y superación del niño o joven, acercarlos a eventos culturales (teatro, cine, lectura, recitales).
No conformarnos con los saberes básicos de lectoescritura y cálculo sino despertar también otras habilidades manuales, deportivas, de expresión y comunicación, enseñar el lenguaje de las imágenes, el correcto uso de las redes sociales, en fin, el aprender para la vida y este es un desafío que nos compete a todos.

De Diario Clarín, Sección Vínculos del 16/12/12.