Los buenos padres preparan a los hijos para los aplausos, los padres brillantes preparan a los hijos para los “fracasos”

 

Este hábito contribuirá a desarrollar en el niño, motivación, osadía, paciencia, poder de adaptación, habilidad para crear y aprovechar oportunidades. Sin duda contribuirá al desarrollo de su inteligencia emocional.

Podemos destacar casos famosos, en donde se ha evidenciado el resultado del uso de la inteligencia emocional en el individuo, citémos algunos:

 

En la ciencia

Charles Goodyear, sin formación científica y sin medios económicos, descontento de su condición social, imaginó el proceso de vulcanización del caucho y con determinación, constancia y trabajando en el fogón de su cocina con elementos rudimentarios, logró desarrollar el proceso. Ya sabemos hasta donde llegó y lo que es GOODYEAR.

Ed Land, inventor de la fotografía instantánea, fundador y presidente de POLAROID, era otro ejemplo destacable y él mismo  lo resaltaba. En la pared de su oficina una placa rezaba; “UN ERROR ES UN HECHO CUYOS BENEFICIOS PLENOS AUN NO SE HAN VOLCADO A TU FAVOR”

Estimule a sus hijos a tener metas, a buscar el éxito en el estudio, en el trabajo, en las relaciones, pero fundamentalmente, logre que no tenga miedo de sus fracasos.

Muchas personas no logran cumplir sus propósitos no por falta de capacidad, ni conocimientos sino por no superar los fracasos con los que se encuentran en el camino al éxito, no concluyen con éxito por NO SOPORTAR UN NO.

Es en la aceptación de los NO donde podemos ayudar a formar una personalidad fuerte y sólida, la vida es una larga ruta llena de curvas impredecibles y patinadas inevitables, la sociedad nos prepara para días de gloria pero son los días de frustración los que dan sentido a la GLORIA.

Revelando madurez, los padres son el mejor modelo, para eso hay que ser capaces de decirle a nuestros hijos me equivoqué y mostrarles que nuestros éxitos son en la mayoría producto de perseverancia, esfuerzo y que muchas veces son fracasos asumidos y que llevados al éxito son los mas sabrosos.

Si como padres no reconocemos nuestros errores no enseñaremos a nuestros hijos a enfrentar los propios, un padre que afirma estar siempre seguro no enseñará a su hijo a trascender sus fracasos. Un padre que no pide disculpas, criará un hijo arrogante.

Vivir es un continuo desafío y debemos enseñarles a enfrentarlos y no  a huir de ellos, si el niño se intimida ante las dificultades esto se registrará en su memoria, fomentando la baja autoestima y el sentimiento de incapacidad.

Un joven con baja autoestima se sentirá inferior y podrá vivir un envejecimiento emocional precoz.

¿Cuál es la característica de una emoción envejecida, sin motivación?

Incapacidad de contemplar lo bello y una continua queja, me quejo de todo, la ropa, los amigos, el colegio, de la falta de dinero. Los jóvenes que se convierten en maestros de la queja tienen una gran desventaja competitiva. ¡Alértelos!

Una persona emocionalmente superficial necesita de grandes eventos para tener placer, una persona profunda encuentra placer en las cosas ocultas

Conduzca a los jóvenes hacia la observación de las cosas simples, a la fuerza que surge de las pérdidas, a la seguridad que se puede obtener del caos a la grandeza de los pequeños gestos. Un Niño será feliz si aprende a ver lo bello tanto en los momentos de gloria como de fracaso. Éste es el gran desafío de la educación de la emoción.

 

Fuente: Padres brillantes maestros fascinantes

Autor: Augusto Cury