Seguimos aportando a la educación en valores: “La solidaridad”

Dijo el Papa Francisco “Servir significa trabajar al lado de los más necesitados, establecer con ellos ante todo relaciones humanas, de cercanía, vínculos de sociedad.”

Porque creemos fervientemente en ello, intentamos con distintas estrategias concientizar  nuestros alumnos de todos los niveles del valor de DAR y RECIBIR.

Este año como en los anteriores se cierra la campaña del club solidario con la satisfacción del deber cumplido.

Se alcanzaron con creces las metas fijadas al comenzar el ciclo. Contamos con el esfuerzo de niños. Familias y docentes verdaderamente comprometidos.

Recordemos que SOLIDARIDAD es: compartir, amar, esforzarse, cooperar, levantar nuestra mirada para mirar al otro e intentar que todos, incluso los más débiles sean visibles.

Desde pequeños los niños van aprendiendo que necesitamos de los demás para vivir, que debemos relacionarnos y los adultos somos los responsables de ayudarlos a SENTIR, PENSAR y ACTUAR con los otros.

La solidaridad es el valor que consiste en mostrarse unido a otras personas o grupos, COMPARTIENDO sus intereses y necesidades. Nace en principio simplemente de nuestra esencia humana y entendemos que  todos somos esencialmente IGUALES.

Ser solidarios implica que reconocemos el valor de cada persona y contribuimos a que pueda concretar sus proyectos de vida.

Se ha comprobado científicamente que los seres humanos somos capaces de poner en práctica la EMPATÍA (capacidad de pensar y sentir la vida interior en otra persona como si fuera propia).

Empatía y solidaridad también se aprenden. Desde pequeños los niños pueden percibir que le sucede al otro y actuar basadas en esa percepción y los adultos debemos apoyar su crecimiento, alentando sus acciones solidarias tanto en casa como en otros ámbitos.

Es de suma importancia brindar el ejemplo de nuestra propia SOLIDARIDAD incluso pequeños gestos (desde colaborar recogiendo tapitas hasta donar sangre).

Para recordar:

  • Cuando tenemos un gesto solidario, damos de acuerdo con la necesidad del otro y no lo que nos sobra.
  • La indiferencia y la indecisión son los enemigos básicos de la SOLIDARIDAD.
  • La solidaridad puede ejercerse cotidianamente en la familia, la escuela, el trabajo
  • Nuestro tiempo es un bien muy valioso que puede ser donado solidariamente

“La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común”.

Es muy gratificante actuar para que esto se cumpla.